¡A que me blindo!
Blindada,
Curada en un polvo que me haga inmune y que desconecte de mi sistema nervioso la alerta que paraliza mis manos, cuando cada partícula de energía se mueve inquieta entre la palma de mis manos y mis dedos.
Ahí se une,
la intención y la magia, juego a blindarme para así solo observar.
Blindada y abstraída
del momento, con el foco en la energía vital, la que siento en ese momento más
que nunca, cuando parece que la adrenalina me quiere hacer gritar inspirada.
Cuando me blindada
no hay mirada mal interpretada ni comentario mal intencionado, entiendo que la
rabia siempre tiene hambre y está a la espera del primer bocado que titíle por
ahí.
Pedir
perdón, abrazar, aceptar, inspirarse y trazar algún garabato que catalice la
mezcla del control y la herida ya abierta.
Blindarme
para curarla.
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